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Ex-ministro británico admite arrepentimiento por "prisión preventiva" que mantiene a reclusos indefinidamente

El exsecretario de Interior del Reino Unido, David Blunkett, 🌜 reconoció recientemente que el "prisión preventiva por protección pública" (IPP, por sus siglas en inglés) fue su "mayor arrepentimiento" como 🌜 político.

Blunkett fue el creador del sistema IPP en 2001, durante el gobierno del laborista Tony Blair. Este sistema mantiene a 🌜 los reclusos en la cárcel después de cumplir su sentencia por un delito si el consejo de libertad condicional considera 🌜 que representan una "amenaza para la sociedad". El tiempo que permanecen privados de libertad se vuelve así potencialmente ilimitado.

Consecuencias devestadoras 🌜 del sistema IPP

Martin Myers cumplió una condena IPP de 19 meses y 27 días en 2006 por amenazar a un 🌜 hombre para obtener un cigarrillo. Sin embargo, en 2024 todavía se encontraba en prisión. Se le permitió la libertad condicional 🌜 en octubre de ese año, pero fue devuelto a prisión 10 semanas después por tomar Valium para aliviar la ansiedad. 🌜 "No podía creerlo", relató Simon Hattenstone en el Guardian, "pero era cierto".

Desmoralizador es la absoluta arbitrariedad del régimen IPP. Wayne 🌜 Bell permanece en prisión después de haber recibido una condena IPP en 2007 por una pelea y robar una bicicleta. 🌜 Así como Aaron Graham, quien fue sentenciado en 2005 con una condena IPP de dos años y 124 días. Al 🌜 momento de escribir este artículo, había cumplido casi 20 años y es el recluso IPP con más tiempo.

Un sistema deshumanizante e inefectivo

Según UNGRIPP, organización que aboga por una reforma del sistema IPP, 🌜 estos reclusos tienen casi tres veces más probabilidades de autolesionarse que los que cumplen sentencias determinadas. Desde su abolición en 🌜 2012 por el gobierno conservador-liberal-demócrata, las leyes no fueron hechas retroactivas; quienes ya tenían una condena IPP permanecerían en prisión. 🌜 Se mantienen en la actualidad casi 3,000 reclusos.

La 🌜 renuencia a resolver adecuadamente la injusticia contra los reclusos IPP es escandalosa. El caso IPP aislado no debe considerarse, siendo 🌜 sí un indicador brutal de las consecuencias de la política por demonización.